Les comparto el enlace del episodio.
Sócrates se enfocará ahora en el papel de la mujer en la Polis, en la ciudad, así como lo concerniente a la procreación y educación de los hijos.
Las mujeres pueden realizar las mismas actividades que los hombres, y por tanto, recibir la misma educación en música y gimnasia. Cabe aclarar que nuestro filósofo se refiere exclusivamente a las guardianas, a las mujeres que posean habilidades para gobernar y defender la ciudad.
“Sólo que, repliqué, es de temerse que muchas cosas de las que estamos diciendo nos pudieran parecer ridículas, por oponerse a la costumbre, cuando de la teoría pasamos a la ejecución”. 452a.
Esta idea parece demasiado adelantada a su época, que muchas personas pueden tomarla como algo descabellada, por eso Sócrates quien le presta voz a Platón, añadirá:
“Esto además, puso en evidencia que sólo el necio considerará risibe otra cosa que no sea el mal; y que quien trata de hacer reír con el espectáculo de algo que no sea la estupidez y el mal, lo que hace en realidad es proponerse en serio otro fin distinto del bien”. 452d-e.
Esta cita también puede aplicarse a los acosadores a quienes les gusta el bullying, a quienes gustan de molestar a los que no piensan como ellos o se ajustan a sus criterios. A esos, Platón los llama necios y estúpidos.
Y añade para abrir el camino hacia el papel que desempeñarán las mujeres en la ciudad:
“Porque son muchas las personas, le dije, que, a mi parecer, caen en ella aun sin quererlo, pues cuando se imaginan discutir, no hacen sino disputar. Y esto acontece porque son incapaces de estudiar una proposición sin distinguir sus diferentes sentidos, sino que se aferran únicamente a las palabras en su empeño de contradecir al interlocutor, por lo que su conversación es pendencia y no discusión”. 454a.
Pero, ¿si hombres y mujeres poseen distintas naturalezas, como es posible que puedan realizar las mismas actividades?
Y Sócrates responderá:
“Así pues, amigo mío, no hay en la administración de la ciudad ninguna ocupación que sea propia de la mujer por ser mujer, ni del varón por ser varón, sino que las aptitudes naturales están diseminadas por igual en los vivientes de uno y otro sexo. La mujer, por consiguiente, participa por naturaleza en todas las funciones, y en todas igualmente el varón, sólo que en todas es más débil la mujer que el varón”. 455d-e.
En el fondo hombre y mujer, comparten la misma naturaleza y el alma.
Sin embargo las mujeres guardianas no dormirán con sólo un hombre, sino que serán comunitarias, así como los hijos, y los padres no sabrán quiénes son. Recordemos que en capítulos anteriores, los guardianes no podían tener posesiones. Lo mismo sucede en el ámbito de la procreación.
“Con arreglo a lo que hemos convenido, repliqué, las mujeres han de acoplarse con los mejores tan frecuentemente como se pueda, y los peores, al contrario, con los peores; y si ha de mantenerse la calidad superior de la grey, habrá que educar la prole de los primeros, pero no la de los segundos. Pero todo esto ha de ser sin que nadie lo sepa, excepto los magistrados, a fin de evitar en lo posible la discordia en el rebaño confiado a los guardianes”. 459d-e.
Este es uno de los pasajes más oscuros de Platón, donde se habla de una raza pura. Nos recuerda al pensamiento nazi. No todo lo dicho por nuestro filósofo debe tomarse al pie de la letra, debemos someterlo a juicio crítico. También en la República se permitirá el incesto entre hermanos, ya que no sabrán quiénes son sus padres. Es un indicador que incluso en las utopías no se puede controlar todo a la perfección.
Platón propone una especie de comunismo entre guardianes. Todo lo tendrán en común.
En cuanto a la guerra se refiere, Platón será partidario de que se le enseñe a los niños el oficio militar de sus padres, y nada mejor para aprender dicho arte que acompañar a sus padres a la guerra. Pero, sólo irían a las guerras “seguras” y montando a caballo para poder huir si hubiera necesidad.
En la guerra contra ciudades griegas, no se tomarán esclavos entre ellos; solamente de pueblos bárbaros. Hay que recordar que la Grecia de Platón estaba dividida, no eran una nación como hoy día. Eran ciudades Estado, independientes entre sí, unas de otras. Sólo tenían en común el idioma, pero no las costumbres y leyes. Eran frecuentes las guerras entre ciudades, entre Atenas y Esparta por ejemplo. Los pueblos bárbaros eran los que no hablaban griego y por tanto no eran civilizados para los ojos de un griego.
Entre pueblos griegos también se propone no hacer actos de rapiña ni de quema. Tampoco despojar a los cadáveres y permitir su sepultura.
Platón finalmente se preguntará si este ejercicio de imaginar una ciudad ideal, será posible llevarlo a cabo en la realidad.
“ Y lo que hemos dicho, ¿crees que pierda algo de su mérito por el hecho de que no podamos demostrar la posibilidad de fundar una ciudad como la expusimos?
-No, por cierto, dijo”. 472e.
Platón sólo ve una posible solución para hacer viable su ciudad y volverá a generar polémica:
“A menos, proseguí, que los filósofos no reinen en las ciudades, o que los llamados ahora reyes y soberanos no se dediquen auténticamente y en serio a la filosofía, de modo que concurran en el mismo sujeto el poder político y la filosofía, y a menos que no se aparte por la fuerza a la multitud de personas que siguen uno u otro camino exclusivamente, no habrá, mi querido Glaucón, tregua para los males que aquejan a las ciudades, ni tampoco, a mi parecer, para los del género humano”. 473d.
¿Por qué el filósofo debe ser gobernante? Porque es el que de verdad sabe, no se guía por la opinión.
“Pero al que con la mayor voluntad quiere gustar de todas las ciencias, a quien un alegre impulso lleva a estudiar sin saciarse nunca, a éste le llamaremos con justicia filósofo”. 475c.
Los verdaderos filósofos son “los que aman el espectáculo de la verdad”. 475e.
“Aquellos, en cambio, que son capaces de elevarse a lo bello en sí y de contemplarlo en su esencia, ¿no son, en verdad, raros?” 478b-c.
El filósofo no se deja llevar por las apariencias.
“Y el que, al contrario de éstos, reconoce que hay algo bello en sí mismo y es capaz de percibir a la vez esta belleza y las cosas que de ella participan, sin confundir con ella las cosas participantes, ni a ella con estas cosas, ¿parécete que su vida es vigilia o sueño?” 476c-d.
Platón distinguirá entre conocimiento y opinión. El conocer está fundado en el ser, lo que es; la ignorancia, en lo que no es, y la opinión parece algo intermedio entre ambos, se puede decir que es un saber incompleto.
El filósofo es el que sabe:
“Al pensamiento de éste daremos correctamente, por tanto, el nombre de conocimiento, en tanto que conoce, y al del otro, que se guía por las apariencias, el de opinión”. 476d.
En nuestros tiempos hemos dado un lugar privilegiado a la opinión, nos hemos convertido en amantes de la opinión, en el conocimiento por apariencias.
“Pero entonces, ¿no habrá que llamar filósofos, amantes del saber, a los que se adhieren en todo al ser en sí, y no filódoxos, amigos de la opinión?”. 480a. Platón (2000).
Referencias:
La República. (Trad. A. Gómez Robledo). Bibliotheca Scriptorum Graecorum Et Romanorum Mexicana. UNAM.
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