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¿Qué es la Justicia? Platón vs Trasímaco.



Les comparto el enlace del episodio:



     Me he dedicado estos días a reflexionar sobre la República de Platón. He decidido leer un libro por semana de un total de diez. Es una obra para leer con detenimiento. Incluye bastante contenido filosófico como para leerla solamente de corrido. Hay que degustarla. Hoy más que nunca Platón tiene mucho por enseñarnos. Sobre todo en materia política. En un mundo donde impera la injusticia, Platón nos dice que la corrupción (otra forma de llamar a la injusticia), no puede tener la última palabra...

Aunque parezca que la persona corrupta viva en opulencia e impunidad. Platón se da cuenta de que incluso la persona injusta actúa con cierta dosis de justicia. La sociedad requiere de cierto orden para funcionar. Ese orden lo provee la justicia. Hasta en los delincuentes hay reglas.

Les compartiré las citas donde me apoyé para hacer esta reflexión. Es la citación canónica. 

Cómo citar a Platón (enlace a un video donde explican cómo citar este filósofo).

Aristocles fue el verdadero nombre de este filósofo, quien marcaría los fundamentos del pensamiento occidental, es decir, nuestra forma de ver el mundo tiene origen en el pensamiento griego. Aristocles era apodado Platón, que quiere decir el de espalda ancha. Nació en el año 427 antes de Cristo. Fue discípulo del célebre Sócrates y maestro de Aristóteles.


Platón fue autor de varios textos, entre ellos la República. Él escribió sus obras en forma de diálogo, en la que el personaje principal, Sócrates da voz a las ideas de Platón y discute con sus interlocutores varios temas sobre filosofía y política. Elegí comenzar con el mencionado libro, de la República, porque considero que tiene mucha repercusión en nuestros días, donde parece imperar la injusticia. Y este libro nos puede dar muchas luces para reflexionar y hacer algo al respecto, con ello poder cambiar nuestra situación política y social, poner nuestro granito de arena. 


Sin más preámbulo, comencemos con el libro I de la República, que es el equivalente al capítulo primero. La obra está dividida en diez libros o capítulos. Cada libro no rebasa las treinta páginas. No es una lectura sencilla, es decir, no puede leerse de corrido. Habrá que detenerse constantemente para reflexionar y tratar de comprender lo que Platón nos quiere decir en boca de su maestro, Sócrates, quien por motivos políticos fue condenado a muerte, por ejercer la filosofía. Este pensamiento es el detonante de su obra. Su maestro murió injustamente. La muerte de Sócrates da lugar a un episodio de podcast, que en un futuro trataremos. 


En el libro I, podemos contemplar a Sócrates acompañado de Glaucón, caminando por la ciudad, después de haberse dirigido a una procesión de culto de una diosa, en la ciudad de Atenas. En el camino se encuentran con un viejo amigo, de nombre Céfalo, un hombre muy acaudalado, quien los invita a su casa. Céfalo será el primer interlocutor de Sócrates, donde a raíz de discutir sobre la vejez, se dará entrada al tema de la justicia. No es coincidencia que el tema de la vejez sea el detonante del tema de la justicia. Ya que el anciano Céfalo, cercano a la muerte hace un recuento de su vida, la vejez es el umbral de la muerte y se pone a pensar en los castigos que le esperan en el Hades a quien cometió injusticias. Así introduce Platón, el tema que le interesa abordar, el tema de la justicia. Sócrates le pregunta Céfalo, qué es la justicia para él, a lo que Céfalo responderá que la justicia consiste en decir la verdad y dar a cada quien lo que le corresponde. Cuántas veces no hemos escuchado esa definición de justicia en la escuela, en la televisión, hasta en la calle. ¿Pero será cierta o por lo menos acertada esa definición de justicia, de darle a cada quien lo que corresponde? 



República de Platón. 





Sócrates le dirá a Céfalo: 


“Pero en cuanto a esto, la justicia ¿la definiremos simplemente, como tú lo has hecho, haciéndola consistir en decir la verdad y en devolver a cada uno lo que de él hemos recibido, o no más bien, por el contrario, serán estas acciones unas veces justas, y otras injustas?”. 331 c 


Es que Platón se da perfectamente cuenta que dar a cada quien lo que debido, no es precisamente hacer justicia, ya que si alguien te hace daño y tú le devuelves el mal con otro mal, practicar el mal no te hace justo, todo lo contrario. El hombre justo no puede cometer injusticias. 


Al rescate de Céfalo, acudirá su hijo Polemarco, y el afirmará una sentencia semejante a la de su padre: “lo justo, dirá, consiste en devolver a cada uno lo que se le debe”. Polemarco cambiará de parecer y dirá que la justicia “consiste en servir a los amigos y dañar a los enemigos”. 334b 


Sócrates contestará tanto a Polemarco como a Céfalo, lo siguiente: 


“Y el hombre justo ¿Podrá por la justicia hacer a otros hombres injustos? Y en general ¿podrán los hombres de bien, por esta perfección, hacer malos a otros hombres?”. 335c 


El hombre justo es incapaz de cometer mal a otra persona, ya que de hacerlo, se volvería injusto. Dar a cada quien lo que merece, parece ser un ojo por ojo y diente por diente, disfrazado, revestido de justicia, cuando en el estricto sentido del término no es justicia. 


En el debate sobre qué es la justicia, aparecerá el oponente más fiero para Sócrates, quien entrará a la discusión de manera imprevista, es nada más y nada menos que Trasímaco, el predecesor de Raskolnikov de Dostoyevsky y del Zaratustra de Nietzche, y ahora veremos por qué. 


Trasímaco entrará en la discusión afirmando lo siguiente: 


“Lo que yo digo es que la justicia no es otra cosa que el interés del más fuerte”. 338c. 


Esta afirmación es el punto central de este episodio de la República, y adelanto que Platón no podrá dar argumentos tan fuertes como para refutar la afirmación tajante de Trasímaco, porque la realidad nos muestra que la injusticia predomina en la sociedad. El injusto parece tener una buena vida a costa de las demás personas, y por lo menos en esta realidad parece más provechoso el ser injusto. Traslademos el término injusticia por el de corrupción y esta idea de Trasímaco se entenderá a la perfección. Un político que busque el bien de sus gobernados, no podrá hacerse rico solamente con su carrera política, porque sus intereses se interpondrán o chocarán con los del pueblo. 


Sócrates le responderá a Trasímaco lo siguiente: 


“De conformidad con tu razonamiento, por consiguiente, la justicia consistirá no sólo en ejecutar lo que redunda en el interés del más fuerte, sino en también su contrario, lo que es adverso a su interés”. 339d. 


Es que para Platón el buen gobernante no es aquel quien persigue su propio beneficio, sino el que trabaja para el del pueblo, que en última instancia también es su propio bien. 






Platón va a comparar al gobernante con el médico y con el piloto de un navío. Y cito: 


“Cada arte no ha menester ni de sí mismo, ni de otro arte, para buscar el remedio a su imperfección, ya que ningún arte lleva consigo ningún error ni imperfección, ni debe buscar otra cosa que el provecho del sujeto al que se aplica, ya que en sí mismo, si es arte verdadero, es incorruptible y puro, y lo será mientras permanezca en la rigurosa integridad que lo constituye”. 342b. 


Líneas adelante complementará: 


“La medicina, por tanto, continué, no atiende al interés de la medicina, sino del cuerpo”. 342c. 


“En conclusión, ninguna ciencia mira al interés del más fuerte ni lo prescribe, sino al del más débil y que aquella ciencia tiene bajo su gobierno”. 342 d. 


Termino la cita y la verdadera política, el verdadero político o gobernante, por definición tiene que velar por los más débiles. El Estado debe ser el guardián de sus ciudadanos, incluyendo los más débiles y vulnerables. Así como el doctor no cura al enfermo por el dinero que va a recibir; así como el piloto del barco no dirige el barco para llevarlo a donde quiera, sino hacia dónde debe dirigirse, por el bien de la tripulación; así el gobernante debe perseguir y procurar el bien de todos. 


Cito: 


Por consiguiente, Trasímaco, proseguí, ningún jefe en tanto que jefe, y sea cualquiera la autoridad que le corresponda, mira a su interés ni lo prescribe, sino al del súbdito a quien se aplica su arte, y es en vista de lo que es de su interés conviene, por lo que aquél promulga lo que promulga y hace lo que hace”. 342e. 


Termino la cita y podemos apreciar que para Platón de cierta forma la justicia y el buen gobierno permanecen en el deber ser, pero en la realidad no se cumple esto. Platón describe cómo deberían ser las cosas, no cómo ocurren realmente. Por eso a Trasímaco no le incomodará contestarle a Sócrates: 


“Lo que debías tú ver, Sócrates, si no fueras tan ingenuo, es que el varón justo lleva donde quiera la peor parte en comparación del injusto”. 343d-344c. 


Líneas adelante Trasímaco agregará: 


“La justicia es inútil y la injusticia útil”. 348c. 


Si observamos cómo viven los corruptos, podemos contemplar que en esta vida les va bastante bien, por eso el argumento de Platón se topa con la realidad. Pero Platón no puede admitir que la injusticia sea una virtud, que sea algo bueno de suyo. 


La justicia implica cierto orden. Platón probará que la injusticia no puede ser una virtud y quien comete injusticia, en cierta forma está más o menos apoyándose en la justicia: 


Sócrates dirá: 


“Si imaginamos un Estado, o un ejército, o una banda de salteadores o ladrones, o cualquier otro grupo de asociados para perpetrar alguna injusticia, ¿crees tú que serían capaces de tener el menor éxito si no observaran la justicia entre ellos?”. 351 c. 


“Pero si es así, Trasímaco, es porque la injusticia es causa de disensiones, de odios y batallas de unos contra otros, mientras que la justicia mantiene la concordia y la amistad, ¿o no es así?” 351 d. 


“Alguna justicia, evidentemente, debió de haber entre ellos, en la forma injusta que lo hicieron sus adversarios, y por esa justicia pudieron hacer lo que hicieron. Cuando se lanzaron a sus empresas injustas, no estaban sino a medias estragados por la injusticia, ya que quienes son del todo perversos y perfectamente injustos, son por ello mismo, perfectamente incapaces de toda acción”. 352 c. 


Termino cita y actualmente podemos ver la división y confrontación que causa la injusticia en nuestra sociedad. El tema del racismo es prueba de ello. Las personas no están satisfechas con un gobierno que discrimina e incluso mata por el color de piel. Sin justicia no puede haber orden ni concordia, sólo impera el odio, cuando falta la justicia. 



Platón, invitado del podcast. 





Para Platón la justicia es una virtud del alma, consiste de obrar de acuerdo al bien, de la mejor manera posible, no de dar a cada quien lo que merece. Obrar de acuerdo a tu ser, a tu alma. 


El libro termina sin definir exactamente qué es la justicia. Pero nos da bastante material para reflexionar en nuestra situación actual. 


Espero haberles dejado la inquietud de leer a este gran filósofo. No se arrepentirán.

Fuentes.

Platón (2000). La República. (Trad. A. Gómez Robledo). Bibliotheca Scriptorum Graecorum Et Romanorum Mexicana. UNAM.

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